lunes, 30 de junio de 2008

Verano al sol.... última luna

Esta noche la luna sonríe sincera y franca.

Como la nieve de blanca.

Se asoma por mi ventana

A sabiendas de que me voy a la cama

Me desea dulces sueños y se despide hasta mañana.

Es feliz.

El árbol que crece junto a mi ventana le hace cosquillas.

Jugando al escondite entre las ramas,

se olvida de las noches sin estrellas

al borde de la niebla.

Hoy, resplandece tenuemente, con luz brillante y nítida.

Sonríe, sonríe, sonríe…

Como si su felicidad fuera eterna…

Esta noche, la luna sonríe, sonríe, sonríe…

Y con un beso de rayos de plata

Se acurruca entre la brisa

Se arropa con las ramas

Y espera junto a las estrellas

El amanecer del mañana.

Y no hay foto de la sonrisa, porque la felicidad escapa del momento, porque el momento sólo se graba en la mente, porque la mente sabe que no hay mejor foto que la se capta concientemente en la película del inconsciente.

Porque es cuarto creciente, quesito resplandeciente.

Y con este texto las lagartijas se despiden hasta la estación de las hojas secas en el país de la lluvia. Ubicadas sobre su roca guardarán toda la energía que incida sobre ellas. Porque ha llegado su época, la época de los rayos perpendiculares, la época dorada, la época donde todo es felicidad, donde cada longitud de onda es un regalo a disfrutar al sol.

Donde podrán volver a su roca originaria, para prometer volver al año siguiente, para desear que todo siga igual, en su sitio… hogar dulce hogar… ya queda menos…

De todas formas, ya sabéis donde encontrarlas…

lunes, 23 de junio de 2008

Retales


Y con tu compañía cada ola es diferente, cada burbuja que baila en la espuma provoca una sonrisa mezclada con granos de arena. Cálidos y dorados como tu piel, abrasivos como tu carácter. El sol brilla desde el agua formando brillos y destellos que juegan con tus rizos compitiendo con el viento. Las huellas sobre la arena se desvanecen en una breve brisa salina como terrones de azúcar en el café con leche.

No quiero pensar más, no quiero recordar, que ese momento nunca existió, que ese momento nunca existirá. Que tu compañía es un presente del que no puedo disfrutar.

martes, 17 de junio de 2008

Historia de luna (3/3)


----:”:”:”:”:ÉL:”:”:”:”----
Apareció, sigiloso y fuerte. Con paso seguro y firme. En el mismo instante que mis ojos se fijaron es su pelaje me di cuenta que él era el rey de la noche, y la luna su reina. El mismo color de la luna se presentaba aun más majestuoso a ras del horizonte. Cualquiera podría pensar que la luna, cansada del cielo había tomado la perfecta forma de un lobo…
Pero no.
Y era evidente lo que ocurría: él velaría las noches de luna nueva, cuidando de las estrellas y aullando a su amada. El la estaría esperando cada atardecer y la arroparía de rocío al aparecer el primer rayo de sol, para perfumar su piel con el aroma de azahar. La acompañaría al compás de las estrellas desde el este hasta el oeste, norte a sur vagaría en su búsqueda. Y la tierra y el cielo se unían con flechas de filos verdes y brillantes. Ella princesa enredada en las ramas de los bosques, él rey de las raíces que sostenían el imperio estelar.

Una ilustración sisada de Internet
----:”:”:”:”:FIN:”:”:”:”----
Y calló la noche, dando paso al concierto sordo de ruidos nocturnos. El sol cumplía con su cometido al otro lado del mundo, la luna dormía placidamente sabiendo que finalmente era feliz, el lobo rodaba los bosques, vigilando que los árboles no perturbaran el sueño de su amada…
Y yo, volvía a mi casa y pensaba como siempre: el amor es una quimera como otra cualquiera….a veces con efectos positivos y otras con efectos negativos…pero en los cuentos queda bien, quizás porque realmente es un cuento.

lunes, 9 de junio de 2008

Historia de luna (2/3)

Una ventana en la imaginación….


----:”:”:”:”:LA LUNA:”:”:”:”----

Blanca, blanca como la nieve. Hoy relucía serena, altiva, coqueta y presumida. Hoy se alzaba en lo alto del cielo, sus mejillas no se sonrojaban al ver a su amado… porque aquella noche la luna decidió que no le amaba. Que la distancia era abismo, que los amaneceres y atardeceres no bastaban para llenar su corazón más que de desdicha en las noches oscuras y frías de invierno. De soledad en las cálidas noches de verano, cuando su reflejo se percibía nítido en las olas del mar, en las tranquilas superficies de los lagos, era bella y su belleza no encontraba una mirada que la apreciara. Sola, miraba sin quererlo la felicidad de los otros, y se sentía aun más sola, aun más fría. Ya no más… era definitivo. Ya no necesitaría la luz del sol para brillar. A partir de ahora brillaría con su propio brillo, el brillo que recogería de las estrellas de los destellos de las gotas de rocío en los amaneceres.

Ya no esperaría al amanecer deseando que no fuera demasiado pronto. Ya no se apresuraría hacia el atardecer, dejando a un lado el suave perfume de sus sábanas de nube.

----:”:”:”:”:SOLEDAD:”:”:”:”----

Las negras urracas resonaban con sus graves graznidos en la humedad hueca de la temprana noche, que llegaba silenciosa. Los pájaros se cantaban canciones de cuna para dormir enredados en los cabellos de los árboles….

Y los pensamientos agolparon mi cabeza… qué hará la frágil luna sola en la noche. Quizás en el fondo sea mejor así. Quizás será más feliz en su escudo de plata, quizás el tiempo la lleve al olvido… olvidará los buenos momentos, olvidará los ratos de espera….la desazón de la ausencia…los momentos jamás compartidos…

Olvidé mi cansancio, olvidé mis latidos acompasados con los latidos de la madera.

Olvidé lo más obvio, olvidé que su corazón brillaba por alguna razón, olvidé que la serenidad de la luna tenía su motivo sobre la tierra oscura, sobre las piedras palpitantes, entre los árboles que soñaban con su pijama de rayas, a sabiendas que alguien los vigilaba, a sabiendas de que su señor les guardaba.

lunes, 2 de junio de 2008

Historia de luna(1/3)

Ciertos momentos no pueden captarse más que con la memoria, para los cortos de imaginación una traza de cielo para adornar el texto…

----”:”:”:”:INTRO:”:”:”:”---

Y mi corazón latía entre 160 y 180 pulsaciones por minuto aproximadamente. El caudal bombeado era una magnitud difícil de determinar. Mi respiración ahogaba los sonidos del bosquecillo y la pendiente de la cuesta que trataba de subir, provocaba en mi ascenso un descenso de la frecuencia de mis zancadas.

Aquella tarde nada me hacía presagiar el evento que a mí alrededor se producía, como una fuga en una cañería de un pueblo deshabitado, como un secreto a gritos que nadie quería escuchar

----:’;’;’;’EL SOL:”:”:”:”---

Al oeste el sol se prestaba pronto al amanecer del otro lado del mundo. Su cara del color de una naranja recién cortada, pulpa jugosa de la que emanaban lágrimas de zumo amargo y dulce. ¿Por qué? Sus rayos se alargaban hacia el horizonte intentando abarcarlo todo, como si quisiera recoger las moléculas de aire y llevárselas al otro lado. Rojo, naranja, rojo… pasión, furia, decepción, impotencia… no lograba calentar el aire que se tornaba frío y húmedo al respirarlo. Sus ánimos rozaban la tierra mojada, y gritaban en silencio sin saber qué decir.

Como un niño que intenta guardar en sus manos el chorro de una fuente helada, sus rayos se agotaban, flaqueaban las fuerzas, solo quedaba el brillo, el color…un color vivo y tan triste al mismo tiempo… escalofríos arañaban la líneas desdibujadas por la neblina.

Miré al otro lado…nada… y sin embargo todo estuvo claro al alzar mi mirada hacia las ramas de los árboles, que ya se habían puesto su pijama y se preparaban a dormir.