Llegó el momento. Adiós uniforme,
adiós las tareas diarias, la rutina, el dulzor de las mañanas, el sol de mediodía
y las fiestas al atardecer. ¡Vistámonos al gusto! Rojo fuego, verde pistacho,
amarillo canario, naranja como el sol, color café. ¡Confeti! Y alfombra de
tierra y motivos de verdura. Y así en fiesta, se despiden los árboles del
verano.
Alguien me dijo un día que su
estación preferida era el otoño y hasta hace poco nunca entendí… viene el frío,
el desnudo de los árboles, la niebla. Pero eso no importa, eso es mañana, ahora
es fiesta. Fiesta, por habernos conocido. Explosión de colores vivos, casi más
que en primavera, tan diferentes unos de otros… cumplimos con la misión, y
ahora dormiremos para seguir con ella con más fuerza el año que entra.
Y así es como los árboles se
despiden de todo lo compartido y se preparan para retomar fuerzas. Mañana Dios
dirá y esperemos que diga bien.
1 comentario:
¿Pues sabes qué? Me gusta, y la verdad es que cuando acabas es verdad que uno necesita montar una fiesta para decir ¡Yuhuuu!Weee, did it!!!!
No solo we can do it, sino que lo doit :P!!
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